¿Es necesario imponer un título a una obra fotográfica?
Ese fue el tema de debate en el taller HABLAR PHOTO donde todas las opiniones fueron tan diferentes como igualmente válidas. (*)
Adjunto un resumen de los puntos de vista vertidos sobre el tema por parte de algunos de los alumnos.
(*) " Como siempre, queridos amigos, la respuesta está en aire " Bob Dylan.
Alfonso: El ser humano es bastante perezoso y bautizar las cosas por seguridad y comodidad. Al enfrentarnos a algo sin nombre el cerebro tiene que hacer un esfuerzo por identificar y entender lo que está analizando y esto supone un ejercicio mental que implica tiempo y esfuerzo, ambas cosas poco valoradas hoy en día.
Me decantaría por poner un título, pero en la parte posterior de la obra y que el espectador tuviera la posibilidad de verla con o sin titulo, o ver el titulo con posterioridad a reflexionar previamente sobre la imagen.
Cuando comienzo a leer un libro con un prologo, nunca leo el prologo al principio, sino cuando ya lo he leído. De esta forma no me siento coaccionado por ninguna idea previa y tras la lectura intento ver si el prólogo me reafirma en mi opinión o por el contrario me abre una nueva visión de lo que he leído.
Cesar: En cuanto al tema de los nombres y los títulos yo creo que condicionan más que ayudan y en absoluto estoy de acuerdo en darle nombre a cada foto, todo lo más a un proyecto, de esta forma tienes un hilo conductor entre las fotos para que la audiencia no se pierda.
Miguel Angel: Una fotografía no debería llevar título porque no suele aportar nada. La imagen debería de " Hablar " hablar por sí sola, si bien algunas de ellas sí necesitan, mas que título alguna información adicional.
Personalmente no me gustan los títulos que no guardan relación con la imagen o que exigen una interpretación adicional, aunque como todo hay excepciones.
En un libro de fotografía el título es imprescindible, no puedo imaginarlo sin él. No es necesario que dé una pista sobre la temática, pero en muchas ocasiones el título es el gancho que utiliza el autor para llamar la atención del lector.
Marian: Cuanto más estoy enganchada a las fotos de autor, pienso que sí, que el título puede llegar a ser importante, aunque, no debe de explicar la foto, sólo darle una pincelada ...
Antonio: Antes de debatir si se debe o no titular una obra fotográfica, sería adecuado definir qué es un título. De las once acepciones que la RAE le otorga a la palabra título, la primera es: "palabra o frase con que se da a conocer el nombre o asunto de una obra o [...] escrito". Es interesante subrayar que en esta definición aparece la palabra “obra”. ¿Nos imaginamos una obra literaria sin título? o ¿una película? Y ¿una obra musical? ¿Un disco?
En el ámbito fotográfico, y concretamente ante una fotografía suelta, el título se trata de un elemento más de la fotografía, una parte complementaria que puede añadir información e incluso significado a la imagen. Como si de una pista en un acertijo se tratase. Un interesante debate que se presenta es, hasta qué punto un título puede condicionar una fotografía.
Las fotos, como ya se ha comentado en alguna ocasión, si deben tener un título, principalmente para poder discriminar unas de las otras, a modo de clasificación o inventario. Algunos títulos, condicionados por el carácter propio de la fotografía no sólo desempeñan una función identificativa, sino que, además pueden llegar a influir en la lectura e interpretación de la misma. Por tanto, se podría diferenciar dos tipos de títulos, por un lado, los títulos meramente descriptivos o clasificatorios, cuya finalidad es identificar las fotografías entre ellas; y por otro, los títulos narrativos, que son un encabezamiento o complemento narrativo de la fotografía, añadiendo mayor información y, por consiguiente, condicionando el mensaje.
Hay que tener presente que una fotografía es un medio gráfico de comunicación. Como sistema comunicativo sus componentes son: el emisor, quien toma y edita la fotografía; el receptor, quien lee la fotografía; el canal, la foto en sí, es decir, la mancha, la imagen; y el mensaje, que es lo que el emisor quiere contar gráficamente, lo que el fotógrafo o la fotógrafa quiere transmitir. Puede darse el caso de que el receptor, por su visión o madurez fotográfica no esté preparado para interpretar la fotografía en cuestión, siendo incapaz de percibir o entender el mensaje.
No todas las fotografías han de tener un mensaje claro y conciso, en ocasiones este mensaje es libre, abierto a múltiples lecturas e interpretaciones. Ante estos casos, el título puede que posea un menor peso. Independientemente de lo que se quiera transmitir, la elección de un título u otro ha de ser acorde a lo que se quiera comunicar. Puede darse el caso de que un mal título haga caer el mensaje de la fotografía, produciéndose confusión o malinterpretación.
En paralelo al título de una foto suelta, se encentra el título de una obra fotográfica, entendiéndose esta como un libro, una exposición, una colección, una serie, un fotoensayo, un fotoreportaje, un fotodocumental, etc. Ante estos casos, y aun con un mayor peso, el nombre de una obra fotográfica es de vital importancia, ya que es la antesala de lo que se va a observar. Se trata de una síntesis global de la obra en todo su conjunto. Además, también es un elemento complementario, pero en este caso mayor fuerza que en una fotografía suelta, ya que el título es un resumen de todas las imágenes que conforman la obra. Requiere de una reflexión y un adecuado estudio que exprese de manera general y correcta lo que se quiere transmitir.
Angeles: No es un tema baladí, aunque tampoco creo que sea fundamental ni para el disfrute de hacer fotos ni para su contemplación.
Mi experiencia en este tema es que un título, de alguna manera etiqueta la imagen y dirige al espectador y eso no lo considero positivo. Me gusta que el espectador recorra la imagen libremente y la asocie a sus propias experiencias vitales de forma que el lector de la imagen podría poner un título " Imaginario " diferente a una misma fotografía dependiendo de las emociones que en el/ella despierte.
De forma positiva pienso que un título puede ayudar al espectador a comprender la
intención del fotógrafo en un momento determinado pero.....¿Eso no es explicar una foto?
Sebi: Mi opinión es que una buena fotografía no necesita texto. Al igual que un buen texto no necesita ninguna fotografía.
Otro tema es si hablamos de una exposición donde opino que no le viene nada mal un título a modo de introducción en lo que vamos a visualizar.
Encarna: Hago las siguientes observaciones:
- Puede ser útil para organizar el archivo.
- Los títulos pueden predisponer a una lectura intencionada.
Mari Carmen: Con el título de la fotografía, libro o exposición lo que se pretende es reforzar la mirada del espectador en una determinada dirección. Lo contrario, no poner título y/o texto acompañando a las imágenes, es dejar libre interpretación del que mira.
Pienso que todo no es el 100% de una cosa u otra. En ocasiones el creador puede considerar adecuado colocar un texto o título a sus imágenes y otras no, y como autor esta es su decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario