El taller de retratos llego a su fin.
Buen ambiente, ganas de aprender y alumn@s con un alto nivel. Junto a ellos, he disfrutado de la fotografía.
Impartir un taller fotográfico es todo un reto. No tod@s los participantes tienen el mismo nivel y los intereses particulares de cada un@ son diferentes. Pero si nos gusta realmente La fotografía, todo tiende a ser fácil.
L@s alumn@s plantean problemas e interrogantes que nos hace recapacitar sobre el hecho fotográfico y sobre la fotografía como documento social y artístico.
Para mí amig@s, ha sido todo un placer poder compartir mi tiempo con vosotr@s.
En la imagen, la "Orla" de los asistentes al taller.
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