Llenas de brandy, mi madre colocaba junto a la ventana del salón 3 pequeñas copas de cristal tallado que al despertar el día 6 de Enero invariablemente amanecían vacías.
Los reyes necesitaban fuerza, calor y ¿ Porque no ? algo de alegría para continuar el camino de regreso a Oriente.
Hoy, sigo preguntándome como es posible que pese a no escribir carta alguna de deseos, han conseguido conmoverme durante el día ( Y su noche ) con esta hermosa dádiva.
Gracias infinitas, querida amiga.
© de la fotografía Jonas Bendiksen - Magnum Photos.
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